AGUA POTABLE


Se denomina agua potable o agua para consumo humano, al agua que puede ser consumida sin restricción debido a que, gracias a un proceso de potabilización, no representa un riesgo para la salud. El término se aplica al agua que cumple con las normas de calidad promulgadas por las autoridades locales e internacionales.

Cuando hablamos de agua potable hacemos referencia a aquella que ha sido debidamente tratada, encontrándose en condiciones óptimas para el consumo humano.

¿De donde proviene el agua potable?

El agua puede provenir de diferentes tipos de fuentes.

El agua natural o agua cruda, destinada a consumo humano proviene de ríos lagos y vertientes (fuentes superficiales) y de perforaciones (fuentes subterráneas).

Fuente superficial:

Es aquella que se encuentra en arroyos, ríos, lagos, etc. El agua superficial, al estar expuesta al medio que la rodea, presenta turbiedad y color. Esto hace que sea tan importante el proceso de potabilización, previo a su entrega para consumo.

Fuente subterránea:

Es aquella que se encuentra bajo la superficie terrestre (en pozos profundos). El agua proveniente de las lluvias, que se infiltra a través de las capas permeables del suelo, detiene su recorrido cuando se encuentra con una capa impermeable, formando lo que se llama “napa” o capa de agua subterránea. Estas capas se dividen en freáticas y confinadas. Las capas freáticas se encuentran a poca profundidad y carecen de presión, por lo que al perforar un pozo no suben del nivel en que se las encuentra. No son aptas para el consumo humano ya que al entrar en contacto con las aguas ya usadas por el hombre (desechos, pozos ciegos, etc) generalmente resultan contaminadas. Las capas de aguas confinadas, son las que están ubicadas a mayor profundidad que las freáticas, entre capas de suelo impermeables. Estas pueden clasificarse en ascendentes y surgentes. Las surgentes son aquellas que cuando se las alcanza con la perforación, ascienden a la superficie del terreno por la presión interior a que está sometido el fluido. Estas napas son las aptas para el consumo.

Generalmente las aguas superficiales necesitan de un proceso específico para llegar a ser potable.

Este proceso complejo se denomina Potabilización del Agua y abarca diferentes etapas que a continuación van a ser explicadas.

La captación de aguas superficiales se realiza por medio de tomas de agua que se hacen en los ríos o diques.

El agua proveniente de ríos está expuesta a la incorporación de materiales y microorganismos requiriendo un proceso más complejo para su tratamiento. La turbiedad, el contenido mineral y el grado de contaminación varían según la época del año.

El agua de los ríos proviene principalmente de la fusión de la nieve caída durante el invierno y de la fusión de glaciares. El agua de lluvia es un aporte esporádico ya que no llueve frecuentemente en Mendoza.

En su camino por el lecho del río va disolviendo sales, siendo importante en Mendoza la presencia del carbonato de calcio que la califica como “agua dura”.

Conducción: Desde la toma de agua del río hasta los presedimentadores, el agua se conduce por medio de acueductos ó canales abiertos. Esta etapa se realiza en piletas preparadas para retener los sólidos sedimentables (arenas) que por ser más pesados caen al fondo.

Desarenado: entra a una pileta en la que sedimentan sólidos como la arena.

Floculación: De las piletas de pre sedimentación es conducida a una pileta donde se le incorpora sulfato de aluminio y cal, con el objeto de agrupar las partículas que producen la turbiedad y facilitar posteriormente su eliminación (FLOC)

Sedimentación: La sedimentación se realiza en decantadores o piletas de capacidad variable, según la Planta potabilizadora. Allí se produce la decantación de los flocs, que precipitan al fondo del decantador formando barros. Normalmente la retención de velocidad del agua que se produce en esta zona es de 40 minutos a una hora.

Filtración: pasa por un filtro de arena que retiene impurezas y partículas finas que todavía producen turbiedad. Al pasar el agua por arena, quedan retenidas las partículas finas que producen la turbiedad que quedó luego de la sedimentación en la pileta anterior.

Desinfección final: el agua limpia ingresa a una cisterna o pileta techada con conductos de ventilación en el techo. Se le agrega un desinfectante para completar la eliminación de bacterias. Aquí se le agrega un desinfectante para eliminar las bacterias que puedan perjudicar la salud. La desinfección se realiza con cloro gaseoso o con lavandina. La cisterna permite abastecer de agua sin interrumpir el servicio cuando en ciertos horarios se consume más agua de la que se produce. Es un efecto amortiguador.